En un barrio con esencia familiar como Horta-Guinardó, esta vivienda se ha transformado en un refugio funcional y sereno, diseñado para una pareja joven que buscaba un espacio donde vivir a su ritmo.
La zona de día, abierta y luminosa, fluye con naturalidad entre el salón, el comedor y la cocina, mientras que la zona de noche, con materiales naturales y tonos neutros, crea un ambiente cálido y sosegado. Una reforma pensada para que, en medio del ritmo de la ciudad, siempre haya un lugar donde parar, respirar y sentirse en casa.